Tradición artesana
La Historia de la Artesanía y con ella la Cestería, se remonta al origen de la humanidad, ya que el hombre necesitaba almacenar y transportar alimentos. Para ello se elaboraron los primeros cestos hechos a base de entrecruzar manualmente fibras vegetales, entre ellas el mimbre. Esta tradición se ha heredado generación tras generación, sin maquinaria y con un material natural y ecológico como el mimbre, nuestras manos siguen desarrollando todo tipo de artículos adaptados a las más diversas demandas de la sociedad actual.
Desde la plantación hasta el acabado del mueble, el mimbre se ha de someter a distintos y variados procesos: cortarlo de la tierra, después hay que meterlo en pozas, pelarlo, tallarlo y por último atarlo en haces para la fabricación de los muebles. Todos estos procesos son realizados de forma artesanal, lo que le proporciona al artículo aún mas valor y prestigio.
De nuestras manos, y prácticamente con un martillo y unas tijeras, surgen los elegantes muebles de mimbre, que otorgan individualidad y distinción allá donde se colocan. Esta elaboración ha sobrevivido a la industrialización, manteniendo un marcado aspecto artesanal, donde las personas disfrutan de su originalidad, naturalidad, confort y de un acabado de gran fortaleza, resistente a las inclemencias de la naturaleza como el agua o el sol.
Variedad de productos de mimbre
Hoy día en el mercado existe una amplia gama de productos de mimbre, desde los primeros cestos hasta los más modernos tresillos empleados para salones o comedores. A medida que vamos evolucionando van surgiendo nuevos artículos en función de las necesidades de la sociedad, muy enfocada cada vez más a proteger el medio ambiente. Esto ha provocado que últimamente se estén elaborando artículos que nunca hubiéramos imaginado que se llegarían a realizar en mimbre.
El mimbre es tan plural que se puede combinar con diferentes materiales, así como acabados con tapizados, dependiendo del gusto de cada persona, tanto en espacios interiores como exteriores, lo que favorece la armonía de la mayoría de las estancias en donde se llegan a colocar los muebles de mimbre.